¿Sabes todo lo que perdemos al no decidir? ¿Por qué en algunas empresas la falta de decisión es una constante?
Exploremos cómo la indecisión puede erosionar la salud financiera y competitiva de las empresas, y cómo la modernización de procesos se erige como la solución crítica para abordar este desafío.
La indecisión, aunque a menudo pasada por alto, puede generar un costo silencioso pero significativo: el Costo de la Indecisión (COI).
Si decides no decidir, aún así has tomado una decisión…
Lo grave, es que no sabes qué tan costoso fue el “no haber decidido”.
El éxito empresarial, se basa en la toma de decisiones oportunas y no hay secreto en ello.
Bien lo dijo el filósofo Séneca, hace casi 2000 años que “la suerte es donde confluyen la preparación y la oportunidad”
El COI se manifiesta en proyectos paralizados, oportunidades perdidas y la dilatación de problemas no resueltos.
Subestimamos el impacto de la indecisión en las finanzas y las operaciones. Pero, si calculáramos el valor de esto, nos sorprenderíamos.
Este fenómeno tiene raíces profundas y se manifiesta en todas las jerarquías organizativas, desde los altos ejecutivos hasta la base operativa.
El peligro de la indecisión
El COI genera un efecto dominó de consecuencias negativas en las organizaciones.
La incertidumbre disminuye la moral de los empleados, minando la productividad y la colaboración
La dilación en la toma de decisiones también puede dificultar la adaptación a un entorno empresarial en constante evolución, resultando en la pérdida de oportunidades para la innovación y el crecimiento
Además, el COI puede erosionar la confianza de los inversionistas y socios comerciales, afectando negativamente la reputación y la relación con todo el ecosistema de involucrados.
El desangre económico de la indecisión
El COI tiene un impacto financiero directo en las organizaciones.
Los costos asociados con la indecisión incluyen la inversión de tiempo y recursos en proyectos que nunca se materializan, así como la pérdida de ingresos derivada de oportunidades desestimadas.
Las empresas indecisas experimentan una menor tasa de crecimiento de ingresos en comparación con aquellas que toman decisiones ágiles y fundamentadas.
Desventaja competitiva: la trampa de la rutina
La indecisión crónica puede convertirse en una desventaja competitiva arraigada en la cultura organizativa.
Cuando los líderes no logran tomar decisiones audaces y oportunas, la organización se vuelve reacia al cambio y la innovación, limitando su capacidad para adaptarse a nuevas circunstancias y superar a la competencia.
La falta de decisión, por ejemplo para hacer o no una campaña de salud ocupacional, simplemente posterga el posible beneficio de dicha campaña.
El camino hacia la modernización
La modernización de procesos emerge como el antídoto al COI.
Adoptar tecnologías avanzadas, como la automatización y la inteligencia artificial, puede acelerar la toma de decisiones al proporcionar datos y análisis en tiempo real
El tener más datos, que ayuden a tener mejor entendimiento de los escenarios posibles, podría influir en la naturaleza pasiva de organizaciones que luchan constantemente contra el COI.
Por otra parte, algunos procesos de aprobaciones en empresas tardan mucho simplemente porque el valor propuesto no es del todo claro. El problema radica en que no se deja saber que no es claro.
En el caso de la salud ocupacional; por ejemplo, las propuestas de campañas pocas veces vienen sustentadas de la forma en la que el financiero de la empresa pueda ver el valor detrás desde la perspectiva de los KPIs de la organización… Resultado: la campaña queda archivada y pasa a ser parte de los temas «pendientes» y olvidados.
La nueva mentalidad empresarial
El cambio comienza desde arriba; la lluvia cae de arriba hacia abajo.
Los líderes deben cultivar una mentalidad proactiva y valiente en la toma de decisiones, sirviendo como ejemplos para sus equipos.
La inversión en capacitación en toma de decisiones y gestión del cambio puede empoderar a los empleados en todos los niveles para abordar la indecisión con confianza.
Un hábito a cultivar y no juzgar es el aprendizaje a partir de decisiones fallidas… esto debe ser valorado y no castigado.
Pero también, necesitamos asegurarnos de poder hablar siempre el idioma del otro. Todo el día estamos vendiendo; interna o externamente. Asegurémonos de que nuestro «mensaje de venta» esté hecho desde el idioma del otro y no desde nuestro idioma.
Desatar el potencial mediante la decisión
La decisión es la herramienta más poderosa hacia el éxito… la combinación entre:
- Datos
- Lenguaje afín a quien le «vendemos nuestras ideas»
- Análisis financiero
- Momento correcto
- Tecnología que acelere la toma de decisiones a través de información irrefutable…
- Puede ser la clave que destruya la pasividad a la hora de decidir.
Si en tu empresa el COI es vivido de forma frecuente, aprende a cambiar las formas y la estrategia. No será posible conseguir resultados diferentes, actuando de la misma forma. Capacítate y sé parte del cambio!
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